COLECTIVO BRUXISTA



 

West 11
Laura Del⎻Rivo



Prólogo de Kiko Amat
Beatniks, vagabundos y bohemios

Joe Beckett es un joven alienado que deambula por los bajos fondos del Londres sórdido y gris de finales de los cincuenta. Malvive en una habitación de alquiler en Notting Hill y encadena trabajos que lo matan de aburrimiento. Sufre una fuerte sensación de irrealidad aliviada por las epifanías ocasionales, el sexo esporádico y las conversaciones con su vecino, un anciano medio loco y místico.

Su hábitat son los mugrientos cafés del Soho, llenos de beatniks, vagabundos, estafadores y bohemios. Una noche de borrachera conoce a Dick Dyce, un oportunista que le ofrece cometer un asesinato y repartirse el botín. Para Joe, el crimen puede ser la oportunidad de salir del círculo vicioso de apatía y nihilismo en el que vive.

Esta novela es una odisea existencialista a través del fascinante Londres de posguerra. Una historia de angustia vital de resonancias sartreanas contada a ritmo de modern jazz. Su publicación en 1961 convirtió a su autora, Laura Del-Rivo, en una celebridad durante los primeros sesenta; pero ella nunca abandonó la escena bohemia y la cultura oficialista no tardó en dejarla de lado. West 11, su primer libro, nos permite asomarnos al Notting Hill que ella conoció y amó, un (sub)mundo que hace mucho tiempo que dejó de existir.




  1. PVP: 23,90 €
  2. Precio sin IVA: 20,67€
  3. ISBN: 978-84-123420-9-3
  4. Género: Novela beat, existencialismo, años 60
  5. Tamaño: 13,5 x 21 cm
  6. Número de páginas: 304
  7. Puesta a la venta: 18 de septiembre de 2023
  8. Fotografía de portada: Ida Kar
  9. Traducción Susana Prieto Mori

*La publicación de este libro ha sido subvencionada por el Gobierno del Principado de Asturias.

Laura Del-Rivo retratada por Ida Kar en 1961

A finales de los años cincuenta, Laura Del-Rivo (Surrey, 1934), se escapó de una familia conservadora para instalarse en el barrio londinense de Notting Hill, por aquel entonces un barrio multicultural lleno de artistas hambrientos, actores en ciernes y escritores airados. Allí comenzó a escribir y sus primeros trabajos llamaron la atención de Colin Wilson y el resto de los Angry Young Men.

Después de alcanzar el éxito con The Furnished Room, llevada al cine en 1963 por Michael Winner con el título de West 11, fue progresivamente olvidada por el mundo de la cultura, como ha ocurrido con tantas escritoras de talento. Pese a ello publicó tres novelas más:  Daffodils on the pavement (1967), Speedy and Queen Kong (2004) y Where is my mask of an honest man? (2013). Durante muchos años vivió de lo que ganaba vendiendo ropa y objetos de segunda mano en su puesto en el famoso mercadillo de Portobello, en el que trabajó hasta poco antes de su muerte, en abril de 2022.


«La gran novela de culto del Londres de los sesenta, escrita por la ignota e intrigante autora beatnik Laura Del-Rivo. Rebeldes existencialistas con pulsiones homicidas, bohemios del Soho, prostitutas a media jornada, estafadores y cacos, criptofascistas alucinados y teddy boys violentos, disturbios raciales y el ocasional protomod. La náusea + Extraños en un tren + Principiantes = West 11». KIKO AMAT





«El Mick’s Café era un antro en un sótano. Estaba abarrotado y olía aceite de freír, a gatos y a humo frío de cigarrillos. Sobre la barra estaba escrito «NO SE FÍA» con chapas de botellas de colores.

El camarero griego, que llevaba chaqueta y pantalones de traje, hizo sonar la caja registradora y gritó por el pasaplatos:

—¡Tres filetes rusos y una boloñesa!

Sacudió la barra con un trapo mojado.

El espejo anunciaba cigarrillos; Beckett vio su imagen distorsionada con «WOODBINES» impreso en su frente. Encontró una mesa libre y se sentó.

Los demás clientes eran personajes del Soho, vagabundos y parásitos vestidos como artistas. Eran distintos del grupo de adolescentes bien vestidos que frecuentaban las cafeterías.

Cuando Beckett vivía en casa de sus padres, en las afueras de casas adosadas con cortinas limpias, pensaba que los vecinos llevaban la respetabilidad como un conjunto extra de ropa. Había ido a Londres y encontrado sitios, como aquel café, donde al principio pensó que la gente era más honesta porque no llevaba esa cobertura extra. Pero en su lugar había encontrado otra clase de deshonestidad. Había conocido a escritores que no escribían, a pintores que no pintaban, a rateros tan fracasados que siempre estaban gorroneando para una taza de té y a chicas guapas que resultaban ser zorras con ínfulas artísticas y la cara sucia.

Había seguido frecuentando los cafés porque la clientela extrañamente variopinta tenía una cosa en común: todos eran inadaptados de una clase u otra. Gracias a eso, la baronesa Tania, que bebía alcohol de quemar, podía compartir mesa con Tom, que era mozo de estación y llevaba un uniforme de British Railways, con Dutchie, que tenía en la cara la cicatriz de una cuchilla de afeitar, y con un hombre maduro llamado Flora que llevaba maquillaje y el pelo teñido. Y, porque todos eran inadaptados, no cuestionaban a Beckett».



Kathleen Breck en West 11, 1963


«Una de las novelas más importantes de los sesenta». Colin Wilson


«Logra captar a la perfección el espíritu de un Londres sombrío y proteico en la cúspide de un profundo cambio social». Cathi Unsworth